CARTA DIRIGIDA A RESPONSABLES DEL
HOSPITAL COSTA DEL SOL EN MARBELLA
9 de octubre de
2013
Muy señor mío:
Con fecha de 2 de octubre de 2013 acudí a mi cita para ser
atendida en consulta por mi oncólogo, el Dr. Diego Pérez, y recibir el tratamiento
prescrito para mi cáncer de mama con metástasis ósea, en el Hospital de Día, de
este Hospital Costa del Sol; como ya le expliqué en mi escrito anterior. Me
gustaría empezar por comunicarle que no tengo el mínimo interés en establecer
una relación epistolar con usted, pero no puedo dejar de transmitirle mi
asombro cuando llegué al Hospital de Día.
Intentaré ser lo más concreta posible para no aburrirle.
Desde
que le envié mi escrito anterior hasta el día en cuestión (2 de octubre de
2013) pasaron 14 días, tiempo más que prudencial para haber recibido
contestación por escrito. Pero al constatar que este hecho no se producía,
ilusa de mí!, pensé que cuando llegase al Hospital de Día, encontraría mi
respuesta allí!!…Creí que al entrar observaría como las dependencias del
Hospital de Día habrían sufrido la ampliación que se merecen, de la que
disfrutaríamos los pacientes (¡¡no seguiríamos hacinados!!); las enfermeras
(¡¡no se chocarían con las ruedas de los goteros, bandejas…ni los pies de los
pacientes!!...por ejemplo…); las auxiliares; los médicos no tendrían que pedir
que un compañero que ha iniciado una atención a un paciente que está sufriendo
una reacción al medicamento que se le está suministrando, saliese de la sala
porque no hay sitio ni para acercarse al paciente en cuestión…(por ejemplo..);
los familiares podrían estar en una sala de espera adecuada al número de
personas que acuden como acompañantes; el personal de farmacia no se
tropezarían unos con otros, ni en el despacho de atención a los pacientes ni en
“campana”...Llegué a pensar incluso, que habría personal nuevo (auxiliares,
enfermeras e incluso médicos…a lo mejor hasta en farmacia habría nuevos
trabajadores!!!)
Pero ..oooohh!! Decepción…. Nada de lo que solicitaba en mi
escrito había pasado…y ni siquiera había tenido el honor de merecer una
respuesta escrita a mi carta. No sé si ha sido porque no iba acompañada con la
hoja estándar de reclamación que pone la Junta de Andalucía a disposición del
paciente…cosa que me parecería de poco profesional, así que descarto esta
opción. También barajo la hipótesis de que hay quien piense que mi carta está
influida por alguien que no sea yo misma, …pero igualmente descarto esta idea,
ya que sería un insulto directo a mi inteligencia, a la integridad de las
personas de las que se piense que se dedican a influir en los pacientes que
pasamos por allí, y la descarto en la misma medida porque de dar por real esta
posibilidad, estaría dando por cierto uno de los conocidísimos refranes
populares que enriquecen nuestra cultura popular: “se cree el ladrón, que todos
son de su condición”…y esto sería poner
en tela de juicio la talla moral de quien opinase de este modo, dejando por
debajo de la miseria moral la valía de estas personas. Y nada más lejos de mi intención
en ningún momento, y con nadie. No soy yo quien juzga, solo soy una usuaria de
un servicio donde los profesionales que trabajan en él son de una altura
profesional y personal no sólo intachable, si no que estoy convencida que
levantan envidias en otras áreas del mismo Hospital, por su entrega, vocación y
dedicación, por su convicción de que las personas que por allí pasmos estamos
por encima de las dificultades laborales y personales, que se entregan día a
día a su labor, con atención plena a lo que realizan, sacando adelante un
volumen de trabajo que roza lo imposible todos los días.
Otra alternativa, puede ser que quizás mi escrito no ha
recibido respuesta porque quien debía elaborarla no conoce la realidad del
Hospital de Día….conjetura esta que descarto, ya que con pasar un solo día en
ese servicio, como mero espectador simplemente, es suficiente para reconocer
cada una de las situaciones que se describen en él, y en consecuencia, estar de
acuerdo con las mejoras que se solicitan.
Considero que mi escrito merecía una respuesta a lo que en
ella se solicitaba. Me alegra enormemente que mis felicitaciones, enhorabuenas,
y reconocimiento al personal del Hospital de Día, y al personal del Hospital
Costa del Sol en general, se les haya hecho llegar. Pero echo en falta que no
se haya considerado mi escrito lo suficientemente serio o formal para, o bien
tomar medidas para las mejoras que se requerían, o bien recibir una respuesta
escrita explicándome las razones por las que éstas no eran posibles. Creo que
mi carta, escrita bajo la experiencia que me dan mis múltiples y obligadas
visitas al Hospital de Día, mi faceta observadora, el cariño y respeto que
profeso al personal que allí trabaja, y sobretodo, alentada por mi deseo de
mejora para los pacientes, familiares y personal sanitario, ha sido ninguneada,
desprestigiada y minusvalorada. Tengo la sensación de que ha sido usada para el
descredito personal e incluso profesional de algunos (o todos) de los
profesionales que se ven reconocidos en él. Y me siento con el derecho que da
exponer la verdad y no caer en la inmoralidad de buscar segundas intenciones,
para apelar a que se relea mi carta con fecha 18 de septiembre de 2013, con la
mirada limpia, y la responsabilidad que desprende su cargo. Le exhorto de igual
manera que se valoren, sopesen, ponderen y consideren las mejoras que se instan
en él. Me atrevo incluso a animar a que se luche por la implantación de estas
mejoras. Estoy completamente segura que la persona que sienta la valentía para
llevarlas a cabo, al terminar el día podrá llenar su pecho y su corazón de
orgullo por los logros conseguidos, por haber mejorado la vida de tantas
personas…no anónimas…todas con nombres y apellidos.
No quisiera terminar estas líneas sin atreverme a sugerir
que la persona responsable de hacerle llegar este escrito al personal del
Hospital de Día (como en su día se hizo con mi carta de fecha de 18 de
septiembre) u otro personal a quien no va dirigido este escrito pero que
consideren de su interés, tenga la delicadeza de tachar, omitir o tapar mis
datos personales referentes a domicilio y/o teléfono ; ya sea por el
cumplimiento de la Ley de Protección de Datos, o por la norma básica del
sentido común.
Me despido con la incertidumbre de saber si las mejoras que
se proponen en mi primer escrito se tomarán en consideración, y con el
desasosiego por saberme digna de una respuesta por su parte.
Atentamente.
Rocío
Alfaro Calvo
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