miércoles, 26 de marzo de 2014

"Tu ternura corretea, y me habita sin descansar..."


Hace casi tres meses fui de visita a una casa. Acudimos Paloma (aecc) y yo.
Encontramos una gran familia viviendo unos momentos muy difíciles. Se respiraba un cansancio emocional tremendo, un desasosiego por no saber qué rumbo seguir, una claridad en las prioridades estremecedora, un amor que movía, que mueve, a todos y que traspasa lo racional.     
Paloma y yo intentábamos transmitir calma antes las decisiones a tomar, queríamos que ellos descubriesen que de su unión nacía su fuerza y su seguridad. Fuimos testigos privilegiados de cómo el entorno familiar había aparcado sus circunstancias para dar respuesta a las de ella.
Era una familia que giraba en torno a una madre enferma, una esposa enferma, una tía enferma….una gran familia volcada en las necesidades de una paciente de cáncer, que atravesaba un bache a superar. Cómo así lo hizo.
Recuerdo salir hacia mi casa con el corazón orgulloso por haber compartido un rato con una familia que se querían tanto y se respetaban tanto que nadie quería tomar decisiones que hiriesen a los demás. Una familia agradecida porque fuésemos a verles; y donde ese encuentro a ellos les había servido de gran ayuda, aunque solo fuese por sentirse escuchados o porque nosotras les servimos de excusa para escucharse entre ellos. Era 31 de diciembre.
Hoy he asistido a uno de los funerales más emotivos que he visto, donde se ha cantado (literal) al amor, a un Dios de vivos. Se respiraba un ambiente de amor y ternura espectacular.
Hoy veía los ojos de los familiares y escuchaba sus palabras, y reconocía en ellas momentos ya vividos. Cuando ver como acaba el sufrimiento de un ser querido es más reconfortante que seguir disfrutando de su presencia….Pero ese sentimiento termina desapareciendo, y florece la pena de no tener a esa persona cerca.
Si ayer y hoy han sido días muy duros, y otros muchos que ya quedaron atrás, aún están por llegar esos donde tendrán que hacer frente a la tristeza. En esos días estoy segura que el recuerdo y la fuerza de esa madre, de esa esposa, de esa suegra, de esa tía, será su bastón de apoyo para seguir caminando.

             ¡¡Animo!!   Ella os está acompañando. Seguro